Autor:
Francisco José Marín Perellón
Titulo:
Documentos sobre el enterramiento de Miguel de Cervantes
Fecha:
1616 y 1697
La búsqueda de los restos mortales de Miguel de Cervantes, proyecto acometido por el Ayuntamiento de Madrid en los años 2014 y 2015, ha contado en todo momento con el apoyo de la investigación histórica en distintos archivos. Las evidencias documentales debían aportar las pruebas del traslado de sus restos mortales desde la inicial iglesia conventual de San Ildefonso, construida en 1612, al nuevo templo erigido entre 1673 y 1697. He aquí los documentos que prueban las vicisitudes de los restos mortales del Príncipe de las Letras:
1. Partida de sepelio de Miguel de Cervantes Sahavedra.
1616, abril, 23, Madrid.
Original, 1 h. en fº., sobre papel. Contenida en Libro 4º. de difuntos de la parroquia de San Sebastián de Madrid, de los años 1609 a 1620, f. 270 r. Archivo de la parroquia de San Sebastián.
Transcripción:
«Miguel de Çerbantes. Ojo [sic].
En 23 de abril de 1616 años murió Miguel de Çerbantes Sahauedra, casado con doña Catalina de Salazar, calle del León. Recibió los Santos Sacramentos de mano del licenciado Francisco López. Mandóse enterrar en las Monjas Trenitarias. Mandó dos misas del alma, y lo demás a voluntad de su muger, que [e]s testamentaria y el licenciado Francisco Martínez, que viue allí».
Comentario:
Los libros sacramentales de las parroquias fueron un requisito impuesto por los cánones del Concilio de Trento para la «cura de almas». En ellos se registran cronológicamente el sepelio de los feligreses que vivían en una paroquia: nombre, estado civil, lugar de residencia, circunstancias de su fallecimiento, lugar de entierro, misas satisfechas por su alma, y mención de su testamento, si lo hubo, y albaceas. En el caso de Miguel de Cervantes, el dato preciso de su óbito es conocido de antiguo, al menos desde 1749, con motivo de la edición de sus comedias y entremeses en dos volúmenes, editados en Madrid: su prólogo ofrece como colofón la primera transcripción del registro del libro de difuntos de San Sebastián.
Lo explícito de esta partida no exime de algunas explicaciones. Cervantes falleció el 22 de abril, ya que el registro indica la fecha de su sepelio; nos cuenta que murió en las casas donde vivía en la calle del León y que uno de los presbíteros de la iglesia de San Sebastián, el licenciado Francisco López, acudió allí para administrarle los Santos Sacramentos, esto es, la Comunión y la Unción de Enfermos. Nos indica también que fue enterrado en la iglesia del convento de San Ildefonso, de trinitarias descalzas, y que dejó estipulado en su testamento se le dijeran dos misas en sufragio de su alma. Los albaceas para el cumplimiento de su testamento fueron su ya viuda, Catalina de Palacios y Salazar, y el licenciado Francisco Martínez, presbítero y capellán del convento de San Ildefonso.
La mención de «ojo» en el margen izquierdo, bajo el nombre de Miguel de Cervantes, se debe a que su viuda quedaba encargada del cumplimiento de misas de sufragio a su voluntad. Con ese recordatorio, el párroco de San Sebastián verificaba el cobro de derechos, si hubiera lugar, en la preceptiva Visita Eclesiástica que supervisaba sus cuentas anualmente.
2.- Data de cuatrocientos reales satisfechos por el administrador del Patronato del convento de San Ildefonso, de trinitarias descalzas, de Madrid, a Miguel de Ortigosa, sacristán de dicho convento, por el gasto de trasladar los restos mortales de la iglesia vieja a la nueva.
1697, octubre, 8, Madrid.
Original, 1 h. en fº., sobre papel. Contenida en Cuentas de cargo y data de la administración del Patronato del convento de San Ildefonso, de trinitarias descalzas, de Madrid, entre 2 de noviembre de 1682 y 31 de octubre de 1712, tomadas a distintos mayordomos. 1682 a 1713, Madrid. 1 lib. ms. in fº., original, enc. en pergamino. Archivo del Convento de San Ildefonso.
Transcripción:
«[…] Número 18. Pagado a don Miguel de Hortigosa de el gasto de mudar los cuerpos de los difuntos de la yglesia vieja a la nueva.
(...) Mas se le hazen buenos y reziuen en data quatroçientos reales, que valen treze mil y seiscientos maravedís por los mismos que pagó a don Miguel de Hortigosa de el gasto que tubo de mudar los cuerpos de los difuntos de la yglesia vieja a la nueua de dicho comuento [y] terraplenar la bóbeda, como consta de reciuo dado por el susodicho, su fecha de ocho de octubre de seisçientos y nouenta y siete, que presentó con estas quentas».
Comentario:
Desde la Edad Media, cuando fueron ideadas por las comunidades monásticas como instrumento de supervisión y control de sus haciendas, la contabilidad por partida doble, o cuentas de cargo y data, han sido tradicionalmente el mecanismo usual preceptivo para registrar sus ingresos y gastos. Éstas del convento de San Ildefonso no son una excepción: capítulo de ingresos, o cargos, capítulo de gastos, o datas, y capítulo de balance, o alcance. Elaboradas por el administrador del Patronato de los marqueses de la Laguna, que solía recibir el nombre de mayordomo, tienen siempre una ordenación cronológica y detallan todos y cada uno de los distintos cobros y adeudos satisfechos para el mantenimiento del convento de San Ildefonso.
La partida 18 de las datas de 1697 detalla el gasto satisfecho por el mayordomo del Patronato a Miguel Ortigosa por la exhumación de los restos mortales de la iglesia vieja, en la calle del Amor de Dios o de San José, y su traslado al nuevo templo de la calle de Cantarranas. Los cuatrocientos reales, o su equivalente de trece mil seiscientos maravedís (recordemos que un real tenía treinta y cuatro maravedís) abonaban los trabajos de exhumación de los restos y su reducción en un cajón, el traslado a la bóveda de San Ildefonso y su nueva inhumación, y terraplenar las bóvedas en uno y otro sitio, rellenando las fosas abiertas, igualarlas con pisón y enrasarlas y solarlas. Este sacristán realizó su trabajo en una fecha anterior a 8 de octubre de 1697, cuando se abona el gasto. Es muy probable que la fecha del traslado de los restos fuera próxima a la de la sacralización de la nueva iglesia, realizada solemnemente el sábado 7 de septiembre de 1697.
No hay detalle de los nombres de quienes fueron exhumados, aunque no es necesario. La partida indica que fueron trasladados «los cuerpos de los difuntos de la iglesia vieja», esto es, los restos mortales de quienes se enterraron en la primitiva iglesia entre 1613 y 1630. Entre ellos se encontraban los de Miguel de Cervantes y Catalina de Palacios y Salazar, su mujer.