Titulo:
Giacomo Casanova
Fecha:
1993
Lugar:Madrid
Descripción:
C/ Espoz y Mina, 13
Distrito: Centro
Colocada en el año 1993
Editor: Ayuntamiento de Madrid
Comentario:
En este lugar estuvo la Fonda de la Cruz, donde GIACOMO CASANOVA, se alojó entre 1767 y 1768.
Casanova nació en Venecia el 2 de Abril de 1725 y murió en Dux (Bohemia) el 4 de Abril de 1798. Entre una fecha y otra él declara en sus Memorias: “Mi ocupación principal fue siempre cultivar el goce de mis sentidos”. Su vida fue la de un perfecto aventurero: comenzó de seminarista, estudio algo de Leyes, fue secretario de un Cardenal, estuvo en el ejército y en otros muchos empleos. Protegido del Senador Bragadito viajó, sedujo a todas las mujeres que pudo, se relacionó al más alto nivel. Se vio involucrado en grandes líos, vivió la cárcel, y también supo escaparse de ella… Su llegada a España se relacionó con un altercado que tuvo en París y con encargos de la masonería. Aquí gozó del trato de ilustrados como Campomanes y Olavide, que eran militantes anticlericales y habían intervenido en la expulsión de los jesuitas.
Se alojó en este establecimiento de la Calle de la Cruz, junto al teatro del mismo nombre por recomendación de un amigo de Burdeos, donde las puertas de las habitaciones tenían el cerrojo por fuera y no por dentro, debido a la continua “preocupación por las almas” que ejercía la Santa Inquisición y que en cualquier momento podía visitar en inspección los aposentos de las numerosas fondas de la Villa.
En sus Memorias Casanova habla de este viaje a Madrid con minuciosidad, contando desde la vida cotidiana del rey Carlos III hasta su repugnante estancia en la Cárcel del Buen Retiro. Le interesa la galantería y el misterioso lenguaje de la seducción española, las claves de la mujer recatada y discreta y las maneras de entenderlas. Se enamoró del baile del fandango que era muy frecuente en aquellos días, y de él decía: “es el baile de parejas más loco e interesante que he visto en mi vida” o “Me parece que ninguna mujer puede negar nada a un hombre con el que ha bailado el fandango. El placer que me producía verlo me arrancaba gritos.”
Tipo de documento:
Placas conmemorativas
Se encuentra en:
Patrimonio urbano
Signatura:
s/sig
Palabras Clave:
Personajes populares, Placas de Madrid, Personaje del Siglo XVIII
Titulo:
Giacomo Casanova
Fecha:
1993
Lugar:Madrid
Descripción:
C/ Espoz y Mina, 13
Distrito: Centro
Colocada en el año 1993
Editor: Ayuntamiento de Madrid
Comentario:
En este lugar estuvo la Fonda de la Cruz, donde GIACOMO CASANOVA, se alojó entre 1767 y 1768.
Casanova nació en Venecia el 2 de Abril de 1725 y murió en Dux (Bohemia) el 4 de Abril de 1798. Entre una fecha y otra él declara en sus Memorias: “Mi ocupación principal fue siempre cultivar el goce de mis sentidos”. Su vida fue la de un perfecto aventurero: comenzó de seminarista, estudio algo de Leyes, fue secretario de un Cardenal, estuvo en el ejército y en otros muchos empleos. Protegido del Senador Bragadito viajó, sedujo a todas las mujeres que pudo, se relacionó al más alto nivel. Se vio involucrado en grandes líos, vivió la cárcel, y también supo escaparse de ella… Su llegada a España se relacionó con un altercado que tuvo en París y con encargos de la masonería. Aquí gozó del trato de ilustrados como Campomanes y Olavide, que eran militantes anticlericales y habían intervenido en la expulsión de los jesuitas.
Se alojó en este establecimiento de la Calle de la Cruz, junto al teatro del mismo nombre por recomendación de un amigo de Burdeos, donde las puertas de las habitaciones tenían el cerrojo por fuera y no por dentro, debido a la continua “preocupación por las almas” que ejercía la Santa Inquisición y que en cualquier momento podía visitar en inspección los aposentos de las numerosas fondas de la Villa.
En sus Memorias Casanova habla de este viaje a Madrid con minuciosidad, contando desde la vida cotidiana del rey Carlos III hasta su repugnante estancia en la Cárcel del Buen Retiro. Le interesa la galantería y el misterioso lenguaje de la seducción española, las claves de la mujer recatada y discreta y las maneras de entenderlas. Se enamoró del baile del fandango que era muy frecuente en aquellos días, y de él decía: “es el baile de parejas más loco e interesante que he visto en mi vida” o “Me parece que ninguna mujer puede negar nada a un hombre con el que ha bailado el fandango. El placer que me producía verlo me arrancaba gritos.”
Tipo de documento:
Placas conmemorativas
Se encuentra en:
Patrimonio urbano
Signatura:
s/sig
Palabras Clave:
Personajes populares, Placas de Madrid, Personaje del Siglo XVIII