Titulo:
Cabeza urbana
Fecha:
1975
Descripción:
Acrílico, lienzo
Técnica mixta / madera recortada.
© Ángel Orcajo, VEGAP, Madrid, 2014
Comentario:
Ángel Orcajo es uno de los artistas que mejor ha reflejado las angustias y contradicciones de la ciudad moderna en el arte español de la segunda mitad del siglo XX. La aportación de Orcajo a la pintura española posinformalista de los años sesenta y setenta, de la que él es un autor fundamental, se centra, sobre todo, en la iconografía de la ciudad. La ciudad es un tema recurrente de su pintura desde sus inicios como pintor.
En estos años setenta, su visión de lo urbano se inscribe en una tendencia crítica y, por tanto ética, premonitoria de muchos aspectos de cuanto nos ocurre en el presente, y aporta, desde la intensidad de sus imágenes urbanas y el tratamiento pictórico, innovador, nuevos aspectos en este contexto, que se pueden resumir en la enorme tensión psíquica que subyace en ellas y que nos hacen recordar la inscripción de una de las estampas más populares de Goya: “El sueño de la razón produce monstruos”. En el periodo que abarca de 1974 hasta 1980, al que pertenece esta obra dentro del ciclo dedicado a las cabezas, Orcajo rompe con el marco tradicional del cuadro, en sus formatos cuadrados o rectangulares, inspirándose en el repertorio de las formas utilizadas por algunos de los artistas –Stella, Noland- de la abstracción americana de los sesenta, lo que le permite crear una serie de artificios plásticos por los cuales el marco de la obra, siluetas, y el espacio de la composición crean una unidad cargada de tensiones acordes con los contenidos representados.
La ciudad representada por Orcajo es producto de esa razón llevada a sus últimas consecuencias; en las pinturas de esta época –años setenta- se expresan las contradicciones del hombre con el medio en el que habita, que no es otro que el de la ciudad moderna percibida como un laberinto. La ciudad de Orcajo también expresa la angustia del hombre moderno que la habita, la incomunicación de las grandes urbes, la arquitectura opresiva que la configura, la confusión, el temor, la soledad, la tecnología opresiva y amenazante, las pesadillas, los deseos reprimidos; en suma, cuanto encierra ese término que la filosofía marxista definió como alienación y que no es otra cosa que el extrañamiento y el choque que se produce entre la naturaleza humana y lo artificial. Todo esto se puede considerar, pues, como una aportación muy personal de Orcajo a la iconografía urbana, donde la ciudad es –como bien ha subrayado Nieto Alcaide- consecuencia de la proyección de la acción humana misma y no una mera descripción de sus resultados.
Simón Marchán ha valorado cómo en la parte inferior se muestra la representación del paisaje urbano real de las masas arquitectónicas que lo constituyen, mientras que en la parte superior se plasman gigantescas deformaciones de imágenes irreales o fantásticas, símbolos premonitorios de las tecnologías de la opresión y la amenaza no sólo urbana y ecológica, sino también política. Esta Cabeza urbana que fue portada de la revista Triunfo, es una de las más representativas de este periodo de su obra. MAC/EAL
Tipo de documento:
Pintura
Se encuentra en:
Museo de Arte Contemporáneo
Palabras Clave:
Documentos adjuntos:
Titulo:
Cabeza urbana
Fecha:
1975
Descripción:
Acrílico, lienzo
Técnica mixta / madera recortada.
© Ángel Orcajo, VEGAP, Madrid, 2014
Comentario:
Ángel Orcajo es uno de los artistas que mejor ha reflejado las angustias y contradicciones de la ciudad moderna en el arte español de la segunda mitad del siglo XX. La aportación de Orcajo a la pintura española posinformalista de los años sesenta y setenta, de la que él es un autor fundamental, se centra, sobre todo, en la iconografía de la ciudad. La ciudad es un tema recurrente de su pintura desde sus inicios como pintor.
En estos años setenta, su visión de lo urbano se inscribe en una tendencia crítica y, por tanto ética, premonitoria de muchos aspectos de cuanto nos ocurre en el presente, y aporta, desde la intensidad de sus imágenes urbanas y el tratamiento pictórico, innovador, nuevos aspectos en este contexto, que se pueden resumir en la enorme tensión psíquica que subyace en ellas y que nos hacen recordar la inscripción de una de las estampas más populares de Goya: “El sueño de la razón produce monstruos”. En el periodo que abarca de 1974 hasta 1980, al que pertenece esta obra dentro del ciclo dedicado a las cabezas, Orcajo rompe con el marco tradicional del cuadro, en sus formatos cuadrados o rectangulares, inspirándose en el repertorio de las formas utilizadas por algunos de los artistas –Stella, Noland- de la abstracción americana de los sesenta, lo que le permite crear una serie de artificios plásticos por los cuales el marco de la obra, siluetas, y el espacio de la composición crean una unidad cargada de tensiones acordes con los contenidos representados.
La ciudad representada por Orcajo es producto de esa razón llevada a sus últimas consecuencias; en las pinturas de esta época –años setenta- se expresan las contradicciones del hombre con el medio en el que habita, que no es otro que el de la ciudad moderna percibida como un laberinto. La ciudad de Orcajo también expresa la angustia del hombre moderno que la habita, la incomunicación de las grandes urbes, la arquitectura opresiva que la configura, la confusión, el temor, la soledad, la tecnología opresiva y amenazante, las pesadillas, los deseos reprimidos; en suma, cuanto encierra ese término que la filosofía marxista definió como alienación y que no es otra cosa que el extrañamiento y el choque que se produce entre la naturaleza humana y lo artificial. Todo esto se puede considerar, pues, como una aportación muy personal de Orcajo a la iconografía urbana, donde la ciudad es –como bien ha subrayado Nieto Alcaide- consecuencia de la proyección de la acción humana misma y no una mera descripción de sus resultados.
Simón Marchán ha valorado cómo en la parte inferior se muestra la representación del paisaje urbano real de las masas arquitectónicas que lo constituyen, mientras que en la parte superior se plasman gigantescas deformaciones de imágenes irreales o fantásticas, símbolos premonitorios de las tecnologías de la opresión y la amenaza no sólo urbana y ecológica, sino también política. Esta Cabeza urbana que fue portada de la revista Triunfo, es una de las más representativas de este periodo de su obra. MAC/EAL
Tipo de documento:
Pintura
Se encuentra en:
Museo de Arte Contemporáneo
Palabras Clave:
Documentos adjuntos: